Armonía

Marzo 2021 | GORAFE

Habían sido unos días de gran impacto emocional. Me encontraba en Gorafe, en la provincia de Granada (España). Un lugar mágico, rodeado de naturaleza, gente maravillosa, buena energía y la certeza de un nuevo comienzo. Una cosa es desear, otra cosa es la certeza de que algo va a pasar, o mejor dicho aún, ya estaba pasando.

Era el último día del retiro. La tarde anterior habíamos tenido una sesión de Coaching en la que practicamos «La Rueda de la Vida», y yo había vivido una experiencia muy auténtica, muy sincera. «Decirse a uno mismo: todo en mi vida está bien, no es lo mismo que decirlo en voz alta». Aún así pude pasar «la prueba», como casi siempre solía hacer «auto-engañándome» o simplemente viendo lo que quería ver. Cuando tienes delante a un experto en desarrollo personal, la cosa se pone aún más interesante. Después de haber argumentado diferentes áreas de mi vida y valorarlas como «notables», el experto interviene, «simplemente» para desafiarte con preguntas del tipo ¿Y cómo sabes tú que tu vida en el área «Relaciones» es notable? y ¿De qué otra forma podría ir aún mejor este área?….

Volví a hacer la práctica de la «La Rueda de la Vida», puntuando desde una óptica distinta, como quien ha subido a lo alto y ve «el pueblo desde arriba», como mirar allí donde había niebla y ahora aparece todo despejado. No me había movido del sitio, y otra realidad apareció clara ante mí. Mi trayectoria de vida no había cambiado, y ya no era todo «notable» ni tampoco terrible. Una realidad distinta que percibí como «auténtica», y eso me pareció liberador.

«Y se me presentó como muy liberador, el propio hecho de que de nuevo mi mente guardara silencio para poder escuchar a mi cuerpo, cuando era anteriormente mi mente la que hablaba tan alto que lo silenciaba todo, tan alto que hasta parecía tener siempre la razón»

Tras la comida, dada por clausurada la jornada, algun@s participantes pidieron a María Sitaara -maestra de Yoga y guía espiritual- que les leyera una «carta de Osho». Son cartas con una bonita ilustración y un texto. Con el ambiente, el respeto y la energía adecuada, dicen que más que un texto es un mensaje a título personal.

Para mí habían sido unos días intensos, supongo que para tod@s. Claro que me hubiera gustado saber si había algún mensaje también para mí, pero tenía tan buen sabor de boca del retiro que no quería dar oportunidad a ningún otro mensaje. Así me sentía seguro. Fue entonces cuando comprendí que el verdadero mensaje «el mensaje sincero» no era otro que empezar a ser yo mismo. Recordé «La Rueda de la Vida», y el «cómo nos engañamos, no vemos, o cómo simplemente no oímos, porque no nos damos permiso para escuchar, ver o actuar».

María Sitaara leyó en voz alta mi carta: «10-Armonía», y para mí, fué como escuchar «ese es el camino», un reconocimiento al coraje, al «si de verdad quieres hacer algo, pero tienes miedo, hazlo con miedo». La cuestión es «hacer».

Y por alguna razón, registré ese momento en mi diario de cosas importantes.

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