Somos seres humanos. Las emociones, los sentimientos, los pensamientos…todo ello forma parte de nuestra experiencia humana. Para obtener una vida más plena, ¿cómo deberíamos de sentir, pensar y actuar?
Los Modelos Mentales se refieren a modos de pensar que nos ayudan a ver y a hacer mejor las cosas.
Me viene a la mente la frase de Buda: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
Realmente creo que tenemos la oportunidad de elegir nuestros pensamientos, y cómo comportarnos, prácticamente ante cualquier situación, sin causarnos sufrimiento. ¡Claro que estamos condicionados por una realidad, en la que a veces pareciera que pensar de este modo está reservado solamente a unos cuantos!. Pero ¿Y si ciertamente pudiéramos elegir nuestro modo de pensar, sentir o afrontar la vida?
Los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos prácticamente a cualquier circunstancia. También tenemos la capacidad de poder moldearnos, es decir de decidir hasta cierto punto, cómo queremos ser.
Podemos por ejemplo, tomar como modelo a otras personas, cuyo “saber hacer” admiramos, e imitar e incorporar eso que nos gusta en nosotros, bien sea una expresión, un gesto, un modo de comportarse o una filosofía completa de vida.
Ya desde pequeñitos, aprendimos lo básico, observando “qué hacían y cómo lo hacían” nuestros cuidadores. Aprendimos a base de imitar y repetir, a base de ensayo y error. Esta facultad de modelar, la seguimos teniendo ahora siendo adultos, aunque a veces nos parezca que ya no tenemos nada que aprender, y otras veces que «ya es demasiado tarde».
HACERNOS RESPONSABLES DE NUESTRAS EMOCIONES
INTELIGENCIA EMOCIONAL
En lo personal, hacerme responsable de mis emociones, ha supuesto un paso de gigante hacia una vida más plena y satisfactoria.
He llegado a entender, y confieso que me ha costado, que “no es tanto lo que nos pasa, sino cómo lo interpretamos”. Dicho de otro modo, pase lo que pase, existe una manera de sentir, pensar y actuar, tal, que la vida seguirá teniendo sentido.
El camino de la adversidad es durísimo, y sin embargo puede convertirse en “un gran maestro”. Pone a prueba nuestros límites, nos muestra la otra cara de nosotr@s mism@s.
Entonces «¿gracias adversidad que me traes desgracias?» No, nada de eso. Yo diría, «gracias adversidad que en medio de la desgracia, aún soy capaz de experimentar Amor».
«No le perturba al hombre lo que le sucede, sino lo que piensa acerca de lo que le sucede» – Epicteto
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