Conocernos Bien

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«Conocernos bien» va mucho más allá de conocer nuestro nombre, edad y domicilio.
«Conocernos bien» tiene que ver con lo interior, nuestras fortalezas y emociones.

Entonces consiste en ahondar un poquito más en el conocimiento de un@ mism@. Claro, tod@s sabemos nuestros datos y gustos personales, pero por ejemplo, ¿Te consideras una persona: «curiosa, honesta, valiente, bondadosa, agradecida, prudente… te cuesta pedir disculpas, sabes perdonar»? Probablemente aquí, ya nos cueste más contestar. Además, ¿en base a qué medida?. Por otro lado, puede que yo me considere una persona miedosa, por ejemplo, y sin embargo otras personas, me consideren «muy valiente».

Por cierto, ¿sabías que el miedo es una emoción básica? Eso significa que todo ser humano siente miedo por naturaleza. ¡Y menos mal! El miedo nos advierte de posibles riesgos -como el de meternos en un callejón oscuro y solitario- y provoca que nuestro organismo segregue determinadas sustancias químicas y neurotransmisores, para salir corriendo si finalmente te metes en el callejón y la cosa se pone fea, por ejemplo. El miedo también nos da «el valor» para gritar «socorro» o buscar ayuda. Sólo el hecho de ser capaces de afrontar una situación complicada, aunque la afrontemos con miedo, para mí, tiene mucho que ver con la valentía.

La otra cara del miedo es la que nos hace huir de los problemas, a veces hasta de nosotr@s mism@s, este es el principio de la cobardía. «Saber lo que tenemos que hacer pero ignorarlo… por miedo», yo lo he vivido y nunca me trajo nada bueno. En cualquier caso, aquí radica la importancia de conocernos mejor. La oportunidad de parar, de hacer un alto en el camino, un «STOP», replantearnos la cuestión, «mirar a ambos lados», y entonces continuar.

Existen muchas estrategias eficaces para llegar a conocernos bien. Y es que tampoco el ser humano viene con un manual de instrucciones… cualquier camino de auto-conocimiento, en mi opinión, es buen punto de partida hacia la transformación.

Mazinger Z tiene armas potentísimas: Fuego de pecho, rayos fotónicos, viento huracanado, ¡puños fuera! …

El piloto de Mazinger Z, Koji Kabuto, fue descubriendo cada una de las armas de su robot, con dificultad, incluso a veces apretando botones al azar. La tarea de controlar un robot de 18 metros de altura y tremenda envergadura no debe de ser nada fácil, y menos aún sin un manual de instrucciones detallado, pero no había manual.

Cuando Koji conoció en profundidad a Mazinger Z, fue realmente cuando se sintió cómodo con él. Conocer a fondo a Mazinger Z era imprescindible, para derrotar a las bestias mecánicas del Dr. Infierno. Conocer sus virtudes y sus limitaciones, le daba a Koji una ventaja increíble, la oportunidad de mejorar. ¿Cómo podría Mazinger Z ser aún mejor? ¿Y si pudiera volar…?

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