Cómo nos Comunicamos con Nosotros Mismos
Poder Sin Límites – Primera Parte: Cómo se modela la excelencia humana – Ficha 03
«Antes de quedar paralizado había 10.000 cosas que podía hacer. Ahora hay 9.000.
Puedo pensar en las 1.000 que he perdido o concentrarme en las 9.000 que quedan»
W. Mitchell, autor de la cita, salió con vida de un gravísimo accidente del cual quedó paralítico y con otras muchas secuelas físicas.
Está convencido de todo lo que le ha pasado tiene un propósito y se siente bendecido por ello.
La clave principal de esta actitud «tan positiva» -según Tony Robbins- es la manera en que uno se comunica consigo mismo.
Lo que nos decimos a nosotros mismos.
¿Qué se decía W. Mitchell? ¿Cuáles son sus valores y creencias? ¿cómo lo consiguió?
«La PNL estudia cómo los individuos se comunican consigo mismos de tal manera que originan estados de óptima disponibilidad de sus recursos, y por tanto crean el mayor número posible de opciones de comportamiento»
El proceso consistente en descubrir exacta y específicamente lo que hacen las personas para obtener un cierto resultado, en cualquier campo de la vida, es lo que llamamos «modelado».
Richard Bandler y John Grinder -los creadores de la PNL- descubrieron tres ingredientes básicos que guardan una relación directísima con la calidad de los resultados que obtenemos, y por tanto son los que deberíamos «duplicar» a fin de reproducir cualquier forma de excelencia humana…
3 Ingredientes Básicos del Modelado
1. EL SISTEMA DE CREENCIAS
Lo que una persona cree, lo que juzga factible o no, en gran medida determina lo que es capaz de hacer o no.
Hay un antiguo dicho que reza: «Tanto si crees que puedes hacer una cosa como si no, tienes razón».
Hasta cierto punto, así es, ya que cuando uno considera que no puede hacer algo, envía a su sistema nervioso mensajes coherentes -en negativo- que limitan o suprimen su capacidad para hacer precisamente ese algo. Por el contrario, si enviamos mensajes constantes y coherentes -en positivo- que reflejen la convicción de «puedo hacerlo», éstos transmiten a su cerebro la señal para que produzca el resultado deseado, siendo la llave de la posibilidad.
Así que, si uno logra modelar el sistema de creencias de una persona, habrá dado el primer paso para actuar como lo hace el modelo y producir un resultado similar.
2. LA SINTAXIS MENTAL
La sintaxis mental es el modo en que organizamos nuestros pensamientos. Muchas veces entre las propias personas no nos llegamos a entender de forma correcta, simplemente porque utilizamos códigos distintos, es como si hablásemos en diferentes frecuencias de radio. Comunicarse con otra persona -a nivel de sintaxis mental- no solamente consiste en establecer una conversación con ella, sino hablar en su misma frecuencia, en su mismo idioma mental, esto es «saber cómo piensa, conocer sus reacciones, acercarnos a él desde su propio mapa«. Evidentemente, esto nos hará conectar con la persona interior, más allá de la mirada. Conocer nuestra propia sintaxis mental hará que nos comuniquemos mejor con nosotros mismos, y conocer la sintaxis mental de otra persona es sin duda un ingrediente básico en términos de modelaje.
3. LA FISIOLOGÍA
Entre la mente y el cuerpo existe una vinculación total. El modo en que respiras, la postura corporal, la expresión facial, la naturaleza y la calidad de tus movimientos… todo ello determina el ESTADO en que te encuentras, y establece la base de tus comportamientos.
«No es lo que te sucede… es lo que haces al respecto» -W. Mitchell-
W. Mitchell, se siente bendecido por lo que le pasó. Cree que hubo y hay un propósito en ello.
Un suceso de ese calibre, supone una revolución de arriba a abajo en la vida de cualquier humano. Se tambalea todo nuestro ser, a cualquier nivel: espiritual, de identidad, creencias, capacidades, comportamiento y entorno.
Va a ser vital encontrar ese saber interpretar lo que nos pasa, más allá de lo que haya pasado, para dar al menos un mínimo sentido y poder encajar la nueva realidad. Encontrar un propósito, un «algo» que nos devuelva a la vida.
Según mi propia experiencia, me gustaría señalar que ante situaciones límite, mientras uno aún no puede valerse por sí mismo, se puede experimentar algo nuevo, «algo/alguien que te sostiene». Sin duda una vivencia, digamos de índole espiritual. Yo califico esta sensación de muy agradable, donde simplemente uno se deja llevar. Cuando apetece caminar, camina, cuando tiene que llorar, llora, todo como supervisado, en plan «no estás sol@», la sensación que yo he experimentado desde luego es «yo te acompaño». Y los días transcurren de una manera especial, sintiendo así, como que tus fuerzas no vienen de uno mismo. Tal vez sea un instinto humano más del que poco se ha hablado hasta ahora, en plan «nodo supervivencia», no lo sé. A mí desde luego me parece algo más trascendente. Muy especial, menos mal.
Durante este proceso de reencuentro con uno mismo, en mi experiencia, uno lo que quiere es «sentir esa paz que te ayuda a reconectar». Probablemente es aquí donde todo nuestro potencial como seres humanos se esté desplegando, donde se cuestionan, eliminan y nacen nuevas creencias, e incluso desarrollemos nuevos códigos mentales. Todo ello a nivel inconsciente. Quizás lo mejor sea por tanto -en estos momentos- no intervenir. Entonces, cualquier persona que se acerque lo mejor que puede hacer es simplemente presentarse con una sonrisa, simplemente acompañar, sin preguntas más allá de «¿cómo estás hoy?» o «¿te apetece que me quede aquí un rato a tu lado?»
Unas preguntas para reflexionar:
– ¿En casos límite, como el que relata W. Mitchell, cuál es el momento más adecuado para intervenir?
– ¿Cómo haces para identificar las técnicas que mejor van para cada tipo de paciente?